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lunes, 17 de septiembre de 2012

Cumplir el deseo de un niño enfermo aumenta su espíritu de lucha y vitalidad

También comporta un descenso de emociones negativas como la hostilidad, la fatiga o la soledad

Satisfacer el deseo de un niño enfermo genera importantes beneficios tanto en él como en sus padres
Satisfacer el deseo de un niño enfermo genera importantes beneficios tanto en él como en sus padres, ya que aumentan el espíritu de lucha o la vitalidad y disminuyen los miedos, unos efectos positivos que perduran después de nueve meses.

Además, se produce un descenso de emociones negativas como la hostilidad, la fatiga o la soledad. Así lo confirma el Estudio sobre el efecto de las emociones positivas en niños enfermos, un trabajo, pionero en España, de la Fundación Pequeño Deseo, con el apoyo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, la financiación de la Fundación Lafourcade Ponce, que ha sido realizado por un equipo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid.

Ser policía por un día, nadar con delfines, lanzarse en paracaídas, ir a la peluquería a ponerse guapo/a, comer angulas con un famoso, pasar unos días en un hotel "Todo Incluido" en el Caribe, ir al Bernabéu o conocer a un famoso son algunos de los deseos de los más pequeños cuando se encuentran enfermos.

"Los deseos son tan variados como la imaginación de los niños", ha asegurado la psicóloga Covadonga Chaves, miembro del equipo de investigación, durante la presentación de los resultados del estudio, que no hacen si no confirmar científicamente lo que ya se sospechaba.

En el trabajo han participado 100 niños de entre 5 y 18 años, con enfermedades crónicas o de mal pronóstico; y sus progenitores (38 padres y 85 madres), y se ha llevado a cabo en los hospitales madrileños Ramón y Cajal, La Paz, Niño Jesús y Gregorio Marañón.

El objetivo era evaluar si el cumplimiento del deseo genera cambios -satisfacción vital, afectos, calidad de vida, optimismo, fortaleza personal..- de forma inmediata (el mismo día), a corto plazo (tres semanas) y a lo largo del tiempo (6-9 meses) y valorar si esos efectos facilitan una mejora en el proceso médico.

Para ello, se formaron dos grupos, uno experimental (el que vio cumplidos sus deseos) y otro de control, y se compararon los resultados de ambos. Lo primero que confirma esta investigación es que el nivel de emociones positivas es siempre superior al de emociones negativas en todas las evaluaciones, tanto en los niños como en los padres.
"El deseo supone un bálsamo para el niño y reduce sus emociones negativas" ha señalado la psicóloga. El estudio revela que los pacientes infantiles que cumplen deseos relacionados con "conocer" o "visitar" muestran puntuaciones más altas en emociones positivas, calidad de vida y dominio de la enfermedad que aquellos cuyo deseo es "tener", y esos efectos diferenciales se mantienen 6-9 meses después.

Además, las madres de los pequeños que han visto satisfechos sus deseos de conocer o visitar informan de menos sintomatología física derivada del tratamiento. La psicóloga ha resaltado que en la medida que los niños viven el día del deseo con más intensidad, los efectos beneficiosos duran más a largo plazo.

En concreto, experimentar un alto nivel de emociones positivas en el día del deseo se relaciona con menor ansiedad ante los tratamientos, mejores relaciones sociales, mejor funcionamiento cognitivo y menos problemas de funcionamiento.

El informe médico que incluye el estudio, señala una mejoría en el estado psicológico de los niños, llegan más contentos a las consultas, tienen mejor actitud ante los tratamientos, más confianza en el personal sanitario y se sienten más fuertes tres semanas después.

Entre seis y nueve meses más tarde, los médicos observan que los pequeños y sus padres siguen manteniendo altos niveles de emociones positivas y de satisfacción vital, así como un incremento del espíritu de lucha.

Javier Urra, patrono de la Fundación Pequeño Deseo, ha señalado que cumplir el deseo de un niño severamente enfermo le crea un airbag del que puede tirar cuando pase malos momentos. Esta Fundación, creada en el año 2000, tiene como objetivos satisfacer los deseos de niños con patologías crónicas o de mal pronóstico, para alejarles de la tensión emocional que viven día a día por la enfermedad y los tratamientos.







@LaVanguardia

jueves, 13 de septiembre de 2012

LA VUELTA AL COLE Y EL JET LAG

El jet lag es un desequilibrio producido entre el reloj interno de una persona y el nuevo horario que se establece al viajar en avión a largas distancias, a través de varias regiones horarias. Algo parecido sufren los niños en su vuelta al cole, ya que este regreso a la actividad tras las vacaciones puede generar desórdenes en el sueño de los niños.
La advertencia la hace la Sociedad Española de Sueño (SES), que recuerda que la vuelta al cole es como una especie de jet lag; tras los desajustes, la ausencia de horarios regulares y la pérdida de rutinas".
Se sabe que un niño con insomnio será un adulto insomne. Por ello se aconseja establecer rutinas poco a poco: "Lo mejor es prevenir e ir estableciendo unas mínimas horas los días previos al inicio del curso escolar", recomienda la doctora Milagros Merino, miembro de la SES.
Dormir poco o en exceso también puede dar paso a trastornos neurocognitivos, metabólicos y del comportamiento tales como irritabilidad, obesidad y bajo rendimiento escolar. Es fundamental establecer horarios regulares de sueño, una alimentación sana y que el entorno donde duerme el niño sea tranquilo.
Para prevenir trastornos se aconseja evitar el uso de nuevas tecnologías antes de dormir y que los niños tengan un televisor en su habitación, porque estos elementos no propician el sueño.
"Se sabe que un niño con insomnio será un adulto insomne. Pero si se diagnostica a tiempo, se pueden evitar" complicaciones como "problemas de crecimiento, predisposición a la diabetes o patologías cardiovasculares", añade la doctora.
Vigilar su sueño pero que duerman solos
"Durante el sueño tiene lugar la liberación de la hormona del crecimiento y en la niñez es muy importante el adecuado control de este factor", explica la doctora María Luz Alonso, también miembro de la Sociedad Española de Sueño.
La mejor señal de que un niño ha dormido lo adecuado es que se despierte solo. Por esta razón, Alonso aconseja que los padres permanezcan pendientes de los ciclos de sueño de los niños e insiste en que el ronquido nocturno es "un síntoma frecuente de trastorno respiratorio del sueño, junto con los despertares nocturnos, el sueño inquieto, la irritabilidad diurna, la hiperactividad, la somnolencia diurna y la dificultad para despertarse en la mañana".
Según la doctora, la duración del sueño de cada niño varía en función de la edad. "El tiempo ideal es aquel que le permita realizar actividades de la vida diaria con normalidad. La mejor señal de que un niño ha dormido la cantidad y la calidad adecuada de sueño nocturno es que él mismo se despierte solo por la mañana", puntualiza la miembro de la SES.
Las dos especialistas desaconsejan totalmente que los niños duerman con los padres. "Igual que se aprende a comer y vestirse por uno mismo, el niño debe aprender a dormir solo, porque este aprendizaje repercutirá positivamente en su proceso de maduración", concretan ambas doctoras



Cuando se trata de alimentar a los niños, resulta vital procurarles una dieta equilibrada que les ayude a tener buenas defensas, huesos fuertes, dientes sanos y, en definitiva, que sea saludable. Hoy en día podría cuestionarse si este objetivo se está cumpliendo bien o no tanto. Según el informe Thao, el sobrepeso afecta a uno de cada cuatro niños de entre 3 y 5 años de edad, datos muy preocupantes porque niños de esa edad dependen básicamente de lo que les dan los adultos.
¿Dónde está el desequilibrio que lleva a esa situación de sobrepeso? Exceso de bollería, de azúcar (en refrescos, golosinas, etc), de sal y de grasas (snacks fritos, embutidos); y, por el contrario, una falta de vitaminas y minerales provenientes de frutas y verduras frescas. Todo esto genera además del sobrepeso, unas defensas más débiles y un sistema óseo mal nutrido.

Sabemos que los niños tienen marcada preferencia por ciertos platos, como los espaguetis, los macarrones, el arroz, los huevos fritos, las patatas fritas, los nuggets de pollo frito y los helados, pero convengamos que nuestro papel es el de educarles y procurarles una dieta variada y atractiva. Todo esto empieza en casa y, evidentemente, si en la mesa las acelgas aparecen una vez al año, es normal que el niño no las quiera ni probar.

¿Qué aporte puede hacer la dieta vegetariana en los niños? Si está bien hecha es muy interesante desde el punto de vista nutricional, ya que abundan los productos frescos e integrales, y en lo posible, ecológicos.