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lunes, 15 de octubre de 2012

7 hábitos mortales VS 7 hábitos de amor

Muchas personas tenemos estos 7 hábitos mortales, sin darnos cuenta de ello:
1. Castigar
2. Quejarse
3. Culpar
4. Amenazar
5. Perseguir
6. Criticar
7. Sobornar
Estos hábitos hacen que la mayor parte de sus problemas emocionales estén directamente vinculados con el hecho de que usted ha aprendido a tratar de controlar a las personas que lo rodean…(HIJOS)
Aprendemos esos hábitos en nuestra infancia de maestros, padres, abuelos, tíos, vecinos, amigos, entre otros…
EJEMPLO: Limpia la habitación, sino, no hay televisión para ti esta noche (castigo)…
Esas galletas que preparé serán para ti cuando todo esté limpio y ordenado (soborno)…
Después de pasar años expuesto a esta forma de manipular, finalmente comienza a utilizarla también…
Probablemente se limpiará la habitación, pero no quedará una buena relación…
El problema práctico de tratar de controlar a otros es que, cada vez que usted cumple, soborne, se queje, critique, castigue o amenace a alguien…
Encontrará resistencia, le responderán; lucharán; de hecho la ignorarán, mentirán, harán las cosas a escondidas o acudirán a un millón de medios, para hacer que usted retroceda…
Es simplemente la naturaleza humana. Estamos genéticamente programados para resistir cuando alguien nos trata de obligar a hacer algo que no queremos…
Tal vez sea más pronunciado en una persona que en otra…
Pero a menos que usted reconozca lo que está haciendo y aprenda a buscar lo que desea en una relación, sin tratar de controlar a los demás…

Todas sus relaciones se convertirán en una lucha por el poder que harán sufrir a todos los involucrados…

La mejor manera de eliminar los 7 hábitos mortales es reemplazarlos con los 7 hábitos de amor:

1. Apoyar

2. Estimular

3. Escuchar

4. Aceptar

5. Confiar

6. Respetar

7. Negociar las diferencias.

Pareciera fácil, ya que lo único que uno necesita hacer es aceptar a la gente tal como es…
Pero, al igual que muchas cosas valiosas en la vida, los hábitos del amor son más difíciles de poner en práctica de lo que uno podría imaginar…
Especialmente si representan la personalidad que usted se ha formado. Algunos aspectos que pueden ayudar. Hágase un análisis realista:

¿Tiene usted los 7 hábitos mortales?

¿Cómo le habló esta mañana a mis hijos?

¿Las estimuló a realizar lo que habían planeado para el DÍA?

Escuche con atención: Trate a sus hijos como si ellos fueran sus mejores amigos…

Escuche cada palabra, busque el tiempo para sentarse con sus hijos y realmente prestarle atención sin distraerse con teléfonos moviles o las exigencias de otras personas…

Visualice su nuevo yo: Haga una imagen mental de usted como una persona que practica los 7 hábitos de amor…

Consérvela en la mente y acuda a ella cuando esté hablando con sus hijos, para ver si está actuando como una persona que sabe dar amor…
Haga la pregunta adecuada: En el instante en que surge la necesidad de culpar, quejarse, criticar, insistir, amenazar, castigar o sobornar…
Antes de decir nada, deténgase y pregúntese ¿Es esto realmente importante?
Acepte la realidad: Uno debe comprender que la única persona que puede cambiar es uno mismo…
Cuando usted tiene una diferencia con una persona que es importante en su vida, negocie…
Escoja un modelo: Cuáles son las personas a las que admira más, pregúntese que harían ellas antes de reaccionar con uno de los 7 hábitos mortales…
Escriba sobre sus experiencias: Haga un diario, lo que le ayudará a atravesar la transición y ver sus progresos…
Convierta:

Culpar – Aceptar

Sobornar – Estimular

Quejarse – Escuchar

Criticar – Respetar

Perseguir – Solucionar diferencias

Castigar – Apoyar

Amenazar – Confiar




martes, 9 de octubre de 2012

MUSICA PARA EL CEREBRO

Un estudio llevado a cabo por Universidad de Northwestern, en Illinois (EEUU), pone de manifiesto que practicar música de niños mejora las funciones cerebrales cuando se es adulto.
En la investigación participaron personas sin formación musical, otras que habían estudiado música entre uno y cinco años y el resto entre seis y once años. Los componentes de estos dos últimos grupos empezaron a tocar un instrumento con 9 años y en el momento del estudio tenían entre 18 y 31. Aquellas personas con formación musical tenían mejores respuestas cerebrales frente a sonidos complejos, es decir, contaban con una mayor facilidad para reconocer sonidos aunque fuera en un entorno ruidoso. Además, era muy positivo para su memoria y su expresión. Los autores de este estudio consideran que las conclusiones de esta y otras investigaciones podrían utilizarse a nivel educativo. Sería muy positivo para lograr una mayor función ejecutiva, una mejor percepción auditiva y una comunicación más eficaz.