En la V Reunión Anual de la AEPap (Asociación Española de Pediatría Primaria) celebrada en Zaragoza han participado más de 300 pediatras de atención primaria. En una rueda de las ruedas de prensa, la presidenta del comité científico, Núria García, ha declarado que los niños con padres fumadores sufren más por problemas respiratorios. Exactamente enferman hasta cuatro veces más por dolencias respiratorias que los que no tienen padres fumadores.
Hoy en día está demostrado que los niños viven en un ambiente de tabaquismo y es realmente preocupante, ya que esto tiene importantes consecuencias negativas para los niños, como tener más riesgo de padecer una muerte súbita. Sobre todo porque el 50% de los niños vive en familias cuyos padres son fumadores. Además, fumar durante el embarazo puede provocar problemas en la tiroides de la madre y el niño, que el bebé tenga menos peso al nacer o que padezca síndrome de abstinencia neonatal a la nicotina y el tabaco altera el sueño de los bebés prematuros.
El estudio descubrió que aunque los padres solo fumen en el exterior (salgan a la terraza, a la calle, etc) o tengan su propia habitación para fumar no es suficiente, ya que se ha demostrado que siguen existiendo partículas tóxicas en el pelo y la orina de los niños.
Y además, la mayoría de estos niños que están expuestos a ser fumadores pasivos, a partir de los 14/16 años serán fumadores activos. Como respaldo se citó a otro estudio realizado también en Zaragoza que demostró que un 20% de niños entre 14 y 16 años son fumadores.
En este caso, los pediatras pueden ayudar a estas familias, por un lado animando a los padres a dejar de fumar y por otro intentando por todos los medios que los jóvenes adolescentes no fumen o que lo dejen.
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